Particularmente en Jerusalén, se realizan ceremonias estatales y servicios conmemorativos en honor a todos los que entregaron su vida en la Guerra de los Seis Días, presididas por el alcalde de Jerusalén.
Si los romanos pensaban que con la destrucción de Jerusalén y el Templo habían acabado con el pueblo judío, que tantos dolores de cabeza le generó al Imperio, estaban muy equivocados.
El abstraccionismo llegó a Israel con retraso respecto a Europa, y es a principios de los años 50 cuando se convirtió en el estilo dominante, en uno de los “ismos” distintivos del arte israelí.
Mientras se celebran los 69 años del Estado de Israel, podemos adquirir mayor perspectiva histórica al recordar las épocas anteriores en que los judíos vivieron como mayoría en su tierra ancestral.
Año tras año, la noche precedente al séder, el padre recorre la casa alumbrado por la luz de una vela, los hijos caminan tras él, buscan diez pedazos de jametz escondidos previamente por la madre de los niños.
Cierto, el Todopoderoso liberó hace ya siglos a nuestros antepasados, pero uno se pregunta: ¿También a nosotros y a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos?